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Dos hombres, Dan y Firmo, se despiertan encadenados a la pared de una desvencijada cámara subterránea. Junto a ellos y ocupando el centro de sala, hay un impoluto piano de cola y un poco más allá, inalcanzable para ellos, un mando a distancia. Ninguno de los dos sabe por qué está allí y ambos desconocen cómo han llegado a tan horripilante situación. De repente, y a causa de unos golpes procedentes del interior del piano, descubren que no están solos. Una joven, Rovira, sale desorientada del interior del instrumento y, al igual que ellos, no recuerda nada. Ellan no está encadenada y puede moverse libremente por la sala. Busca desesperadamente una salida y al no encontrarla opta por dar al play del mando a distancia, esperando algún tipo de explicación, En una pantalla situada sobre sus cabezas vemos a un individuo enmascarado que, con voz distorsionada, les propone un "juego": componer y cantar la mejor canción del mundo en menos de 48 horas; y les advierte de que en caso de no hacerlo, morirán. A partir de aquí, con un ritmo trepidante y en una sucesión de cuadros llenos de humor, veremos cómo nuestros protagonistas se libran de su macabro destino. Una inesperada sorpresa final, aclarará esta enigmática situación.
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